Tu palabra es verdad.

Tu palabra es verdad.
2 Timoteo 3:16-17

Versículo del día.

domingo

Pablo: El Emisario

EL PLAN DE DIOS

El plan completo de Dios en la redención de la humanidad no es solo salvarnos del infierno; es también su voluntad e intento el nos conformemos a la imagen de su Hijo Jesucristo (A los que antes conoció, también los predestino para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:29). Es su voluntad que al nacer de nuevo en el espíritu, crezcamos en él hasta llegar a la medida de la estatura de la perfección, que es Cristo (Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4:13)

Una vida conforme a Cristo no significa a El en su apariencia física. Significa que busquemos asimilarnos a su naturaleza y carácter. Todas las pruebas, problemas y angustias que experimentamos en nuestra vida tienen por objeto el hacernos semejantes as El. (Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. A los que antes conoció, también los predestino para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:28 y 29). Si hemos de ser como Cristo, debemos conocerle bien; debemos apreciar el poder de su vida resucitada; debemos participar en la comunión de sus sufrimientos; debemos participar en sus padecimientos. (Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte. Filipenses 3:10). Al asemejarnos a Cristo, sus motivos, deseos e intentos se harán nuestros. Viviremos una vida santa, ferviente en el espíritu, compasiva de corazón y hallaremos nuestro deleite en hacer en todo la voluntad de Dios.

El amor infinito de Dios abarca a todo el mundo “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí”. (2 de Corintios 5:19). Dios no quiere que ninguno se pierda, sino que todos busquen su perdón. (El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 de Pedro 3:9). No solo que seamos como Cristo, más que por nuestro medio otros vayan a El, y así sea El primogénito entre muchos hermanos (Romanos 8:29). Como cristianos somos miembros del cuerpo de Cristo, que su Iglesia. (Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia. Colosenses 1:18). Este cuerpo se compone de los pecadores redimidos de toda raza, lengua, pueblo y nación. (Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 1 Corintios 12:12). Por esto nos manda Jesucristo que vayamos por todo el mundo y hagamos discípulos suyos en todas las naciones. (Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones… Mateo 28:19). No nos manda convertir al mundo, ni reformarlo. Ni debemos tratar de imponer en otros nuestra profesión de fe. Ni ha de ser nuestro intento el de sólo añadir “números”. En ninguna parte nos dice Jesús que “establezcamos su Reino”. Lo que se nos dice es que nos rindamos a Dios, para que El pueda por nuestro medio realizar su propósito.

martes

VIDA ABUNDANTE

Nuestro Señor Jesucristo vino al mundo para darnos vida verdadera y para dárnosla en abundancia. El es la fuente de toda vida. “En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.” (Juan 1:4). Sin Cristo todos los hombres están muertos en sus delitos y pecados (Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. Efesios 2:1). Todos hemos nacido poseídos de vida física, pero debemos nacer de nuevo para la vida espiritual. Esto enseñó Jesús a Nicodemo, que era hombre recto, moral y religioso. (“Os es necesario nacer otra vez.” Juan 3:7). El nacimiento físico nos ha hecho hijos de la ira, porque heredamos en nuestra naturaleza el pecado de Adán (Entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, andando en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de la ira, lo mismo que los demás. Efesios 2:3). Con el segundo nacimiento somos hechos hijos de Dios. El nacimiento físico nos hace miembros de la raza humana; el segundo nos hace participantes de la misma naturaleza de Dios (por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de las pasiones. 2 de Pedro 1:4). Cuando nacemos de nuevo en el espíritu, Jesucristo nos forma a su semejanza. (Gálatas 4:19). El vive en nosotros (A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria. Colosenses 1:27) El es nuestra vida. (Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Colosenses 3:4). Nacemos nuevamente al recibir en nuestros corazones al Cristo vivo. (Mas a todos lo que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón sino de Dios. Juan 1:12 y 13).